Julieta tiene la culpa es una obra hilarante y vertiginosa. Las protagonistas de esta historia son tres mujeres comunes: una ama de casa, una estudiante y una profesora sin trabajo, que no logran entrar a la obra extranjera más esperada de la ciudad. Afuera llueve, así que deciden permanecer en el lobby tratando de espiar lo que sucede dentro del gran teatro. Ellas son tres extrañas, pero basta un poco de whiskey y algo de música para creer que se conocen de antes. Se trata de tres mujeres inspiradas en algunos de los personajes femeninos más icónicos del teatro universal, ahora reinventados por la afilada pluma de Colio.
¿De qué podrían hablar Blanca de Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams; Nina de La Gaviota, de Antón Chèjov y Nora de Casa de muñecas, de Henryk Ibsen? No importa si estas figuras le son desconocidas al público, pues verán a tres mujeres con una vida perfectamente reconocible, frente a una puerta que no pueden cruzar. Y es que a veces el destino es eso; un camino que se cierra para que otras posibilidades e historias logren cruzarse.